sábado, 8 de abril de 2017

De tapeo con la cuadrilla

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Si eres follower de este sitio, conocerás mi predilección por las tapas. No ya por lo contado en “Cultivando sensaciones[1], cuando recibí una descomunal reprimenda de mi progenitor porque un día me dediqué a comerme los corazones de las lechugas, sembradas en hilera, sino por las buenas tapas de lechugas que en la juventud nos zampábamos en el bar del mismo nombre y que te relaté en “El lechuguita[2]. Igualmente, hace más de una década te referí el e.mail de Koldo Iturrioz (un saludo, Koldo), donde me describía su vuelta de Donosti, tras las fiestas del Patrón "Sansebas", con cena en Gaztelubide, comida en Humore-Ona y una pasada por Akelarre, donde no se les habían subido los humos con la tercera estrella. Ese fugaz viaje del amigo le recordó un viejo trabajo suyo que me recomendó, texto que te transcribí en “La Senda de los Pintxos[3].

Te cuento lo anterior, porque en esta semana he participado en dos “homenajes culinarios” en materia de tapas. El lunes nos invitó Teo (te dejo unas instantáneas; fuente de la imagen, elaboración propia), junto a un vino Ribera de Duero. Ayer invitamos a Alberto a unas “gildas”, sustituyendo una de las aceitunas por un huevo de codorniz[4], acompañadas de unos zuritos, primero, y terminando con un vino tinto de "La Mancha". Escribe A. Suso en la sesión “cocinillas” del medio El Español, “Gilda, receta del pintxo tradicional[5], que “la Gilda es el pintxo por excelencia en el País Vasco en cualquier época del año. Se dice que su nombre “Gilda” comenzó a utilizarse en el bar donostiarra Bar Casa Vallés, haciendo referencia al personaje principal de la película Gilda, muy picante para su época”. 

Por textos como “Miércoles de palas” o “Hipotecarión[6], sabes de mi tránsito por el restaurante Vallés, así que sobran más palabras esta mañana en relación a este establecimiento, ubicado en el Casco Viejo de Donostia. Comentan Teo y Alberto que es típico en el País Vasco y Navarra, salir de tapas con la "cuadrilla", lo que me recordó la mía de la infancia, que te describí en "Futbolín de la adolescencia"[7], aquel camino de “Los Billares”, donde junto a Vázquez, Vera, Turri, Melgar, Visca… quemábamos las horas jugando al billar y, sobre todo, al futbolín, con aquellas habilidades de Turri desde la portería, los días buenos de Vázquez, la frialdad de Visca, el corazón de Vera o el humor de Melgar. Este texto va por todos los amigos y amigas que conviven en torno a sus respectivas cuadrillas[8].
Fuente de la imagen: mvc archivo propio
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Cultivando sensaciones. 2013. Sitio visitado el 08/04/2017.
[2] Velasco Carretero, Manuel. El lechuguita. 2010. Sitio visitado el 08/04/2017.
[3] Velasco Carretero, Manuel. La Senda de los Pintxos. 2007. Sitio visitado el 08/04/2017.
[4] Propuesta de Teófilo que me encantó.
[5] Suso, Ana. Gilda, receta del pintxo tradicional. 2014. El Español. Sitio visitado el 08/04/2017.
[6] Velasco Carretero, Manuel. Miércoles de palas (2014), Hipotecarión (2012). SItios visitados el 08/04/2017.
[7] Velasco Carretero, Manuel. Futbolín de la adolescencia. 2013. Sitio visitado el 08/04/2017.
[8] A continuación te dejo un vídeo, alojado en Youtube cortesía de “Miss Tapas y Mr Pintxos”, con unas básicas, pero efectivas, instrucciones para preparar una Gilda, el pincho vasco por antonomasia.