lunes, 3 de abril de 2017

Cómo los inconformistas mueven el mundo

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
En “Pensamiento integrador[1], anotaba la reflexión de F. Scott Fitzgerald sobre la inteligencia, recogida en su colección de ensayos, cartas inéditas y apuntes, El Crack-Up: “la prueba de una inteligencia de primera clase es la capacidad para retener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo, y seguir conservando la capacidad de funcionar. Uno debería, por ejemplo, ser capaz de ver que las cosas son irremediables y, sin embargo, estar decidido a hacer que sean de otro modo.” Esta cavilación de Fitzgerald la localicé en 2009, cuando hojeaba el libro de Roger L. Martin, The Opposable Mind: How Successful Leaders Win Through Integrative Thinking[2], “La mente oponible: Cómo los líderes con éxito triunfan a través del pensamiento integrador”. 

Igualmente, en “Ventaja del contumaz[3], apuntaba las cavilaciones de Ryan, recogidas en The Deviant's Advantage: How Fringe Ideas Create Mass Markets[4], “Ventaja del contumaz: Cómo las ideas recalcitrantes, fervientes, extremistas, posibilitan mercados de masa”. Pensamos que las ideas originales proceden de aquellas personas que se encuentran tocadas por la varita de la originalidad y la extravagancia o de los desarrolladores de productos y servicios de generación X.0, marcando la pauta de la moda, creando nuevas necesidades… Sin embargo, para Mathews y Wacker, antes que las ideas sean aceptadas socialmente, el proceso de creación y evolución transcurre por cinco fases: extremista, fronterista, fenomenon, novedosa y conformidad.

Traigo a colación estos enfoques porque cuando los conocí, eché en falta en ambos abstracción o un refuerzo en relación con el mecanismo “imaginación”, puesto que ambos planteamientos, la mente oponible y la ventaja del contumaz, no me cabe la menor duda que recogen la originalidad como factor, si no desencadenante, sí esencial. En relación a este tema, el fin de semana pasado, recomendado por Antonio (Gracias), estuve hojeando el texto de Adam Grant, Originals: How Non-Conformists Move the World[5], que traducido con mi inglés de los Montes de Málaga es algo así: “Originales: cómo los inconformistas mueven el mundo”. 

Recoge sus estudios sobre inconformistas, pensadores originales que se destacan por defecto, en la focalización de ideas distintas a lo cotidiano, poniendo toda la carne en el asador para que se materialicen[6]. Dice Grant que, contrario a lo que se pueda pensar, los originales no nacen con el gen de la creatividad, por lo que, si consigo seguir los pasos propuestos por Adam, me uniré a ese selecto club, generando soluciones impares y llevándolas a la práctica de manera exitosa[7] (Fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Pensamiento integrador. 2015. Sitio visitado el 03/04/2017.
[2] Roger L. Martin. The Opposable Mind: How Successful Leaders Win Through Integrative Thinking. Editorial Harvard Business Review Press.2009.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Ventaja del contumaz. 2015. Sitio visitado el 03/04/2017.
[4] Ryan Mathews y Watts Wacker, “The Deviant's Advantage: How Fringe Ideas Create Mass Markets”. Editorial Crown Business. 2002
[5] Grant, Adam. Originals: How Non-Conformists Move the World. Editorial Penguin Group. 2016.
[6] Inserto una animación resumen en inglés del libro, cortesía en Youtube de The Journey.
[7] A continuación, te dejo un vídeo, alojado en Youtube cortesía de KnowledgeAtWharton, donde el autor habla de cómo los inconformistas mueven el mundo.