viernes, 2 de septiembre de 2016

Lo positivo del rumor (si es que lo tiene)

uente de la imagen: pixabay
Hace ya más de seis años, en el post “Rumorología[1], reflexionaba sobre el rumor, ese virus de producción social, hoy parte usual de las redes sociales virtuales y sobre los que, según DiFonzo[2], hay que acatar sensatamente su potestad[3]. El caso es que tiendo a catalogar los rumores como patrañas, embustes y cuentos, pero ayer[4], caí en la cuenta que mi clasificación podía ser parcial o estar sesgada, puesto que parece que pueden tener otras connotaciones no tan negativas. 

En fin, reconozco que sigo sin tenerlo claro, pero a continuación voy a trasladarte algunos de los ejemplos que se barajaron en la tertulia por si a ti te clarifica algo. Uno de ellos fue el caso de la función de programación del futuro; escuchando el sonido de los fontaneros o transmisores de estos “ruidos” de baja intensidad, podemos prever el futuro de tal o cual división, proyecto, perfil profesional… y actuar en consecuencia. 

También, me comentaban que estas hablillas pueden ser utilizadas para crear lazos relacionales o de confianza entre partes a priori difíciles de entenderse, por ejemplo, transmitir información acerca de una inminente o perentoria reestructuración organizativa, donde un responsable de departamento, un mando intermedio y un auxiliar o auxiliares sí o sí se encuentran afectados o circunstancialmente van a estar en el mismo bando (Fuente de la imagen: pixabay). 
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Rumorología. 2010. Sitio visitado el 02/09/2016.
[2] Nicholas DiFonzo. El efecto del dispensador de agua: una guía indispensable para entender y aprovechar el poder de los rumores.. Referenciado por Jason Daley en entrepreneur.com, “Anatomy of a Rumor”. 2009. Sitio visitado el 02/09/2016.
[3] Siendo preferible tratarlos ética y convenientemente.
[4] Mientras escuchaba conversación sobre el tema.