viernes, 23 de octubre de 2015

Continuo tránsito

Fuente de la imagen: pixabay
Se le atribuye a Lao Tze la reflexión de que la vida es un continuo tránsito de cambios de todo tipo y que no debo resistirme a ellos porque esa resistencia me causará malestar, desajustes, desconsuelo, ansiedad… por lo que debo dejar que la realidad sea eso, realidad, posibilitando que ésta fluya y progrese de manera natural, momento a momento, instante a instante, hacia el horizonte, sin resistencia, adaptándome al contexto que no fiscalizo, domino o controlo. Ese caminar, ese fluir en la corriente, ni mucho menos consiste en disfrutar como un “guarro en un charco” o pasarlo “dabuten”. Ese tránsito continuo significa eso, poner proa sin obstinación, tenacidad o intransigencia, acomodando la trayectoria de mi existencia y su estilo espiritual a las circunstancias aledañas a mi ser.

Asimismo, en textos como “Sé adaptable, contacto mío”, “El número trece” o el más cercano “Fluye como el agua[1], te escribía en relación directa o indirecta con la fluidez física y mental. Apunto “física” porque entiendo que el ejercicio físico en toda su extensión es uno de los esenciales promotores del flujo de cada persona. También reseño “mental” porque en mi caso estimo que la mente tiene que encontrarse implicada directamente si quiero sacar el máximo rendimiento, puesto que ese flujo se genera también de manera digamos psíquica. En resumen, de la progresión individual y armonía grupal entre mi físico y mi mente dependerá la excelencia de mi caminar, de mi fluir, en la Vida. Te dejo Over The Rainbow de Israel Kamakawiwo Ole! subido a Youtube por igflower (Fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Sé adaptable, contacto mío (2011), El número trece (2003), Fluye como el agua (2015). Sitios visitados el 23/10/2015.