viernes, 25 de septiembre de 2015

Garganta Profunda

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
El título de este post texto coincide con el seudónimo de William Mark Felt, directivo del FBI cuando transcurrió el Escándalo Watergate y que parece fue el informante del periodista de investigación Bob Woodward, sobre la participación de Richard Nixon en ese escándalo de múltiples abusos de poder por parte del gobierno de EEUU en la década de los sesenta y los setenta del siglo pasado. Me acordé de Felt cuando escuchaba a la Garganta Profunda del Escándalo Gürtel en mi país, Ana Garrido, técnica del Ayuntamiento de Boadilla del Monte (Madrid, España), describir por enésima vez en un medio de comunicación (ARV) su personal calvario. Desde luego, entiendo a los funcionarios decentes que se piensen dos veces denunciar las prevaricaciones y otros fraudes de ley de la clase política. A ver quién está dispuesto a sufrir acoso laboral continuado por parte de superiores y compañeros, tener que dejar su puesto, encontrarse solo, desamparado, sin capacidad económica… por no hablar de presuntos falsos testimonios de medios de comunicación con el fin de denigrar, desacreditar… Lo entiendo perfectamente, por lo que mi máximo respeto por las escasas personas que, como Ana, afrontan ese escabroso camino de sinsabores en pro de un futuro distinto para nuestros hijos. 

¿Por qué no protege el estado español a estas gargantas profundas? Había pensado que caso que sus denuncias fueran consistentes, es decir, no inventadas o falsas, a estas personas se les debería garantizar por ley el sustento durante el periodo de investigación y, como mínimo, el derecho a recibir durante toda su vida la retribución que tenían en el momento de la denuncia, además de los preceptivos honores y condecoraciones del máximo nivel, puesto que el beneficio que con sus acciones recibe el pueblo español sería infinitamente mayor, por no decir impagable, que el insignificante coste de la pensión. Igualmente, este enfoque debería extenderse también al sector privado, si bien en este caso, serían las organizaciones empresariales, las sindicales, las fundaciones y resto de ONGs, las que dotarían un fondo para cubrir esas indemnizaciones a esos “trabajadores de la verdad”. Así se lo haré llegar a los medios de comunicación, siendo consciente que voluntad política presiento que “cero patatero”. Aunque igual el Jefe de Estado se levanta con su pie derecho y se lo toma en serio. La esperanza es lo último que se pierde. Te dejo el documental del Canal Historia, dentro de "El informe final" (The Final Report), dedicado al caso Watergate[1], subido a Youtube por Félix Rodríguez Sanjurjo (fuente de la imagen: mvc archivo propio).
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[1] Que acabó con el presidente Richard Nixon presentando su dimisión en 1974.