jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuenta premium y otras simplezas

Fuente de la imagen: elaboración propia a partir de captura de pantalla
No diré “de esta agua no beberé”, pero por ahora no tengo que pagar por dejar mi historial profesional y hacer networking en sitios como Linkedin, Facebook, Empreners, Xing, Google+, Twitter, Pinterest… Entiendo que determinados perfiles, como head hunters o consultoras en recursos humanos, necesiten servicios adicionales de estos portales de contactos, pero tener una cuenta de las tildadas como "premium" o de pago para ver quiénes visitan mi perfil o poder mandar netmails a diestro y siniestro, no lo veo, por muchas invitaciones que reciba para disfrutar "gratuitamente" durante unos meses esas opciones.

Algunos van más allá y no se contentan con su "cuenta súper", sino que, además, a lo "tope guay", incorporan un distintivo adicional a su nombre y apellidos, tipo visé u otro similar, supongo que para que el resto de los mortales no nos olvidemos de que es un ser "espacial" (que no "especial") y todo eso. Otros porque es de recibo, al ser "number one" de tal o cual organización y habitar en el ala noble ¡Faltaría más! (y luego tienen sus empresas pobladas de contratos basura por doquier, por no hablar de la nueva moda: autónomos en plantilla). Los hay que se pasan tres pueblos y son verdaderamente fastidiosos, bombardeándote con emails a diestro y siniestro, sin haber revisado previamente tu perfil y realizar la preceptiva clasificación, ya sea por actividad, especialización, intereses, etc. 

Por último, están aquellos individuos que, además de las técnicas anteriores, se dedican a "linkear" y compartir en los muros todo lo que ven, da igual la temática o la noticia, como si estuvieran con los ojos vendados disparando a discreción en un combate. Supongo que pensarán que con esas acciones van a ser considerados como héroes en su ficticia guerra, sin pararse a meditar, por un momento, que están generando basura virtual "por un tubo", contaminando el "netsistema" y molestando a la mayoría del personal, hasta verte obligado a declinar el lazo de relación con el individuo susodicho en cuestión. Con los que van pidiendo ser contactos porque sí, con cuatro datos en su perfil, o los que mienten en sus currículos, no voy a dedicar un minuto, sólo decir que, como en la vida real, "de todo hay en la viña del señor" (léase: en la vida virtual).

A riesgo que pienses lo que está escrito en los santos evangelios, “El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra” (Juan 8. La mujer adúltera), y no seré quien te quite razón, puesto que en las desventuras anteriores también fui pecador y hoy penitente, te dejo la instantánea de una cifra redonda, 3333, código matemático clave del nuevo tiempo y símbolo de que todo en el Designio Cósmico está concebido, que ya me salió hace unas semanas en otro contador (ver post: "Escuchando sobre el Estado de Bienestar[1]), diciéndote en mi favor que en la actualidad sólo acepto aquellas solicitudes de conexión con contenido y que entiendo pueden aportar valor en nuestro continuo y necesario networking. 

Por el post "Argumentando mi networking"[2], sabes cuál es el objetivo que pretendo en el uso de Internet (y si quieres hurgar más, visita "Networking"[3]). No estoy en una desenfrenada carrera contra ¿quién? por tener el mayor dato posible (esa tontería creo que ya la superé hace unos años y luego tuve que realizar una profunda limpieza virtual que me ocupó días), sino por participar en un grupo realmente proactivo. Termino transmitiéndote la siguiente reflexión o corolario: lo que verdaderamente importa es la fortaleza de los nudos de la red en la que estoy integrado, no su tamaño. Fuente de la imagen: elaboración propia a partir de captura de pantalla.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Escuchando sobre el Estado de Bienestar. 2013. Sitio visitado el 28/11/2013.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Argumentando mi networking. 2013. Sitio visitado el 28/11/2013.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Networking. 2006. Sitio visitado el 28/11/2013.