martes, 10 de junio de 2008

¿Vuelven los Cubículos?

Fuente de la imagen: tpsdave en pixabay
Ayer tarde, aceptando la invitación de un conocido empresario local (gracias), visité unas flamantes oficinas en un polígono de futuro. Estaba orgulloso el directivo con el diseño abierto que había configurado y me recordó (buena memoria tiene) un comentario que le hice, allá por el año 1993, acerca de este tipo de distribución física. Cual fue su sorpresa cuando le comenté que ya no tenía tan claro eso de oficina sin muros, sin cubículos y sin pasillos.

Dice Tom Davenport[1] que “Las oficinas abiertas llevan a una comunicación menos estructurada. Sin embargo, esas mismas oficinas pueden generar problemas de concentración. De hecho, la reflexión y el pensamiento profundo se hacen más dificultosos en este tipo de oficinas” (recogido en la revista Fast Company: Death to the Cubicle!)[2].

Coincido con la opinión de Gervais Tompkin[3], que aboga por personalizar el espacio de acuerdo con las tareas a realizar, brindando a quienes necesiten mucho tiempo y sin interrupciones un lugar de trabajo silencioso y a quienes deben trabajar en equipo un espacio más social. Las oficinas, preciosas (imagen de Wikimedia Commons). Imagen incorporada posteriormente; fuente: tpsdave en pixabay.
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[1] Thomas Hayes "Tom" Davenport, Jr. Académico y autor estadounidense especializado en análisis, innovación de procesos comerciales.
[2] Linda Tischer. Deat to the Cubicle. FAstcompany. 2005.
[3] Gervais Tompkin, AIA Director de Gensler, Especialista de futuros en el lugar de trabajo, experto en estrategias de cambio centradas en el usuario.