sábado, 10 de febrero de 2007

No es oro todo lo que reluce

Vía idealista.com, leo los siguientes titulares de noticias: las empresas tiran de sus bolsas de suelo para superar el parón (El Mundo, viernes 9 feb 07); preocupación por la ralentización en la venta de pisos (ABC, viernes 9 feb 07); ¿hipoteca a 100 años? (El Mundo, viernes 9 feb 07), etc. Como observareis, el futuro que dibujábamos en los post del año pasado, se está realizando. Lo siento Antonio. Más de lo mismo. Hasta me canso de hablar de esos temas.

Curiosa debería ser, que no lo es, la reseña sobre los robos a pie de tajo de jefes de obras y encargados, fundamentalmente (El País, viernes 9 feb 07). Según un estudio de la empresa de selección Ábaco Siglo XXI, estos robos de personal se suelen dar, sobre todo, en obras con subcontratas. Se busca una obra que esté funcionando bien, localizan a los trabajadores responsables de esa buena marcha y le hacen una suculenta propuesta económica.

A lo largo de mi vida profesional, he visto experiencias similares en sectores distintos (formación, nuevas tecnologías, distribución, etc. ) En algunos casos, el ejecutivo en cuestión trataba de renegociar su situación en la empresa, entes de tomar una decisión. Hasta ahí todo puede parecer lógico y normal. Lo que ya no era tan ético es cuando esa “persona” advertía veladamente con acciones reprobables, por ejemplo, llevarse a toda la plantilla de tal proyecto, departamento o línea de actividad, si no se le aceptaban sus exigencias profesionales y, sobre todo, económicas.

En todas esas situaciones, la dirección no flaqueaba, aguantaba el chaparrón y procedía a la sustitución del puesto, a veces con tristeza, por la inversión en formación, coach y perspectivas de futuro que había depositado en esa persona; a veces, con cierto alivio, al percibir el daño realizado por ese perfil durante el tiempo que había estado colaborando. Esa crisis siempre generaba oportunidad de renovación y cambio.

Y en la otra parte, el ejecutivo en cuestión casi siempre fracasaba en su nueva andadura o, como me han confesado cerradamente algunos: “no es oro todo lo que reluce”. Pena por los damnificados (aquellos puestos que se iban con su líder), pero somos mayorcitos y tenemos que asumir nuestras decisiones. Se nos va la olla y se nos sube la sensación de ser imprescindible en ocasiones. Eso es muy negativo y no es profesional.

Ciertamente, otros directivos han finalizado su relación con sus respectivas empresas, pero han quedado como “caballeros” que son, colaborando en todo, siendo leales en cuanto a los secretos oficiales y discretos en todo lo demás. Casi siempre, estos ejecutivos han tenido éxito en sus nuevos negocios y, como me han manifestado abiertamente: “la vida es un camino, hay que aprender y disfrutar en su tránsito y cada paso que das es una nueva oportunidad de crecer” (Formato de post cambiado posteriormente. Fuente de la imagen: sxc.hu).