sábado, 8 de julio de 2006

Consumo responsable

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Será por los calores del verano o porque ando escaso de dinero, pero los exiguos momentos en los que conecto la tele, sobre todo para el noticiero de las siete de la mañana de TVE y Telecinco, no hago más que ver anuncios para concederme un crédito: ¿Necesita 6.000 euros? ¡En dos minutos le contestamos! ¿Ha pensado en arreglar la moto? ¡En prestadifícil se lo ponemos fácil! … Entro en un centro comercial, me desplazo unos metros y me verán los comerciales de las entidades financieras con cara de necesitar capital porque solicitan con fervor mi atención para ofrecerme la tarjeta “endeudesefácil”, con la que podré comprar todo, sin pagarlo y sin abrirme cuenta en ningún banco. Vuelvo a casa, abro el buzón y tenemos un rico legajo de correspondencia ofreciéndome una larga lista de créditos (me interrogo quiénes les da a estas empresas, sin mi consentimiento, los datos personales). En fin, cojo los sobres y directos a la bolsa de reciclado. Quedo con un amigo, me mira el coche y me pregunta que cuándo lo voy a cambiar, que no es el automóvil que me merezco por mi ¿estatus social? que hay unas ofertas interesantes en el concesionario X de la marca Y, que te lo financian todo, … El vehículo tiene unos años pero ¡tocaré madera! he tenido buena suerte con él, está bien de chapa y pintura, como le he pasado religiosamente las revisiones en el taller del concesionario, con sus buenos euros invertidos, ahora parece que esa costumbre me está dando los réditos. Gasta un poco más de gasoil del que me gustaría, pero, en conjunto, está decente. 

¡Claro que me encantaría disfrutar la carroza que habla mi amigo! Pero me da un no se qué entrar en una dinámica consumista con el endeudamiento como estrella invitada. Leo los periódicos y me dicen que se acercan años difíciles. Hablan que el alza de los tipos de interés, el euribor de junio se sitúa en el 3,51%, debe ralentizar el consumo futuro de las familias, aunque el principal perjudicado será el titular de una hipoteca. No estoy de acuerdo totalmente. Todos nos estamos autolesionando con nuestra mentalidad consumista 500%. ¿Vivimos por encima de nuestras posibilidades? Entramos en una peligrosa espiral que nos va arrastrando, no sólo en el aspecto mercantil, sino emocional, influyendo en nuestra vida personal, ¿en nuestra mentalidad? ya que si no tengo el último modelo de coche o no he visitado las ruinas de Acapulco o no he estado en la fiesta de Rotardo, no entro en ese selecto mundo, etc. Me refugio en firmas como Jesús García, Fernando Fernández, Raimundo Ortega… que procuran no venderme un crédito o un coche y orientarme en este mar endeudado. Curioso, sean economistas conservadores o liberales progresistas, casi todos están conformes en que el sistema financiero estadounidense funciona muy bien y eso a pesar de que es muy preocupante la financiación de la titánica inestabilidad exterior entre su ahorro y su inversión. Colofón, que también me cuesta entender que dado el funcionamiento idóneo de la máquina de gestionar finanzas, pues no hay que inquietarse con el gigante desequilibrio de ese país ¿o será que los demás países están peor?

El FMI piensa que el sistema financiero español es altamente dinámico y competitivo, sujeto a una cierta supervisión prudencial y regulación. El elevado grado de intervención financiera presente en el mismo es compatible con bajos márgenes de intermediación, elevada capitalización de las instituciones y una gestión profesional de las mismas. Según E. Ontiveros[1], los mayores riesgos potenciales a los que se enfrentan las empresas bancarias españolas vienen por el intenso crecimiento del crédito, vinculado a la destacada inversión residencial[2]En síntesis que las recomendaciones de los organismos internacionales, los nacionales, los locales, las rebajas, los amigos… parece que van más en la línea de animarnos a seguir consumiendo, a que no nos preocupemos de nuestro micro y macro endeudamiento porque el crack económico y financiero nos lo emplazan para dentro de tres años. Sólo nos dicen que perfeccionemos nuestro sistema crediticio, es decir, que nos acerquemos al perfecto sistema financiero norteamericano. Desde este modesto blog, pido prudencia al consumidor, que compre lo que necesite pero con cabeza, que si ha entrado en un bucle de endeudamiento procure salir de él con soluciones como liquidación de activos, refinanciación de la deuda, etc., que se prepare para los años de vacas flacas y que se eche por la espalda los consejos del amigo, las rebajas, las presiones de los círculos de convivencia, los organismos nacionales y hasta los internacionales, en el sentido de que siga consumiendo alegremente, sin ton ni son, vamos, sin cabeza. Yo le digo que, como mínimo, ¡consuma responsablemente! (Formato cambiado posteriormente. Fuente de la imagen: sxc.hu).
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[1] Ontiveros, Emilio (2006). Dinámico y competitivo. El País. Sitio visitado el 08/07/2006. 
[2] Vaya, tuvo que salir de nuevo el ladrillo.