sábado, 31 de mayo de 2008

New traditional economy

Te dejo una borrosa instantánea de mi niñez, entre endebles y enredados tallos trepadores, de hojas grandes y metabólicas y diuréticas habichuelas, y místicas matas de maíz, con sus largas vainas, gestando mazorcas, íntimamente arrolladas a sus potentes tallos.
Estoy pensando seriamente aplicar el consejo de un familiar y, aprovechando los “ligeros” conocimientos en agricultura y ganadería, adquiridos en la infancia (ver post Pastor y porquero), reconvertir los metros cuadrados de desértico jardín, en una huerta donde cultivar pimientos, patatas, tomates, cebollas, etc. junto con el cuidado de gallinas, para huevos y carne. Los excedentes los distribuiría entre amistades y vecinos y hasta podría establecer un precio que cubriera algunos costes y que, con bastante probabilidad, sería infinitamente inferior a los cada vez más prohibitivos importes en los mercados actuales. No hace mucho, afirmaba el ex presidente de la Junta de Extremadura (España), Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que la economía tradicional había tocado fondo y que no se iba a recuperar (Hoy.es). No lo tengo tan claro.

Dice Julio Caro Baroja que la Historia gravita entorno a la vida rural y la Tradición funciona allí con un sentido utilitario (Las bases históricas de una economía tradicional). Lo antedicho me hace cavilar que la escasez de recursos energéticos, petróleo fundamentalmente, y los ridículos avances en la investigación e invención de energía alternativa, pueden posibilitar un resurgir del concepto tradicional de la economía, en un nuevo fenómeno o engendro, donde confluya con otras concepciones que se alíen o se integren, como, por ejemplo, "search economía". Los presuntos “expertos advenedizos y oportunistas”, aplicarían a este movimiento un “pomposo” nombre o título, tipo “Economía Neotradicional”, con su traducción al inglés “New traditional economy”, y todos tan contentos (imagen del MEC). Fuente de la imagen: archivo familiar.